Le conté mi sueño a un niño…

 …y me regalo su hucha.

Cuando cuentas una historia que te apasiona y entusiasma a alguien apasionado y entusiasta pueden pasar cosas como esta, que te dé lo primero que tiene a mano para que tu sueño no pare.

Un niño grande, si, pero un niño en definitiva.

Gracias Alberto! 🙂